Teoría: ¿Por qué nos enamoramos de los imbéciles?

Llega un momento en la vida de cada chica (uno muy temible, por cierto) en que simplemente lo sabes, lo sientes; has caído por un imbécil.
Sería demasiado fácil culpar a las películas Disney, a las de romance y hasta a la astróloga que escribió tu horóscopo de aquel día en que lo conociste a él; diciendo que conocerías al amor de tu vida.

It was mean to be, right?  

Pero muy dentro de ti, en esa parte de tu (nuestro, actually) cerebro, en esa partecita muy oscura y muy chiquita, se encuentra todo el conocimiento (que creemos tener, pero nuuuunca aceptamos) sobre por qué parece que nos gusta la mala vida al gustarnos "esa" clase de hombre.

Muchos suspiros, lágrimas, insultos en voz baja y canciones de mujer ultra superada después, creo que he encontrado la teoría de por qué aún sabiendo cómo va a terminar la situación, nos seguimos aferrando a la idea de un final de película* romántica.
*Aplica también para esos libros de romance que nos deja con sonrisas tontas y los estándares tan altos como la punta del Burj Khalifa.

Sentirte especial para una persona es algo que, queramos o no, es fundamental en una relación. Nos quedamos con esa persona que nos hace sentir que tocamos el cielo con las manos (aunque después nos estampemos de cara contra el suelo, ouch).
Y desafortunadamente, los imbéciles saben cómo hacerte sentir eso, sin tocarte. Hasta que lo hacen.

Pero más allá de ello, es la mera idea de que seas tú. Ya sabes, esa persona que lo haga cambiar, con la que deje de ser menos imbécil solo para poder mantenerte en su vida.

 Nuestro primer error es idealizar la situación en vez de apegarnos a la realidad.

Pensar en que "sí, seré su persona importantísima. Tanto que sin mi no podrá ver la vida de la misma manera". Y nos gusta decirnos esa clase de cosas, porque es realmente lo que queremos y en ocasiones buscamos.
Sin quererlo nos envolvemos en un juego muy tóxico, tan difícil de dejar porque te vuelves adicta a la atención. Dónde cada pedacito (migajas, en muuuchas ocasiones) de su tiempo se vuelve algo que codiciamos, que te hace sentir la mujer de su vida. Sin importar que eso dure cinco minutos. Es por eso que les llaman "imbéciles" porque saben la forma perfecta de hacerte sentir cosas, de enviciarte con ese juego peligroso para tus emociones pero no para las de él.

Si te dejas llevar mucho tiempo por la idealización que tienes clavada en tu corazón sobre como terminarán las cosas con él, entonces llegarás a un punto en que lentamente te vas desvaneciendo. Maybe esa es la parte que más miedo me causa acerca de enamorarte, lo importante que se vuelve una persona. Que en los días en que no está, sientes que algo falta, que algo no va bien.

Regresando a la teoría...
Idealizar es tan daniño para nosotras como el consumo en exceso del azúcar, las bolsas de papitas tamaño familiar una semana antes de que nos vayamos de vacaciones a la playita y las canciones excesivamente tristes porque te recuerdan algo que ya no tienes. Lo hacemos porque parece ser que no podemos evitarlo; buscamos señales donde realmente no las hay y nos enamoramos de la idea, no de la persona en sí. 

Hace un tiempo leí una frase que me dejó pensando demasiado y quizá te pase lo mismo
La frase dice así:

"No extrañas a esa persona, extrañas la conexión que sentías."

Podemos (sin quererlo) buscar tener una conexión con una persona, con tanta intensidad, que comenzamos a verla, sentirla, aunque no exista. La mayoría de veces lo hacemos con la persona menos indicada para nosotras.

So, here´s a little reminder:

Sí, puede ser que hayas caído redondita por un imbécil, pero eso no quiere decir que todos van a ser así. La ventaja que tienes es conocer los signos, esos pequeños vistazos del imbécil que se está disfrazando al decirte cosas bonitas y enviarte mensajes de buenas noches, cuando en realidad eres la última cosa en su mente. Para tu siguiente encuentro con uno (trust me, va a pasar!) vas a saber como manejar la situación a la maravilla.

Lo importante de todo es que tengas bien clavado en tu mente y corazón esto;

Mereces ser amada de la forma correcta. Puede que no obtengas toda la historia digna de una peli, pero eso no va a importar porque de todas formas sentirás que eres la protagonista principal. No aceptes menos amor y respeto del que tienes por ti misma.

No hagas como yo hice en algún momento; conformarte con migajas de tiempo y de amor. Sentir ese vacío en cuanto apoyo, cariño y respeto, tanto que terminas llenándolo con canciones, libros y películas de romance porque no puedes imaginarte dándole tu corazón a otro.

No te culpes si las cosas no funcionaron o no terminaron en ese final de cuento, ese no era tu príncipe ni tu momento. Pero sigue siendo tu historia y necesitas cometer errores, muchas veces en forma de persona, para poder lograr ser esa versión de ti que estás destinada a ser.

Hay algo llamado Kintsugi, que es el arte de la reparación en oro. Dónde se crean cicatrices doradas al reparar objetos que se parten. Al final, terminan valiendo mucho más de lo que lo hacían cuando estaban completos.

Llora lo que tengas que llorar, pero no por él. Por ti, por tu sanación.
Haz kintsugi a tu corazón, quien lo obtenga al final, se llevará el premio más grande.